Cuando se observan esas tres portadas, las de los tres libros más votados en esta encuesta, se aprecian varias cosas a simple vista. Finalmente, después de que 60 personas hayan votado a 136 libros distintos, los libros más queridos por los lectores que aman los libros de relatos sí establecen una tendencia, un resumen de estos últimos 25 años. Carver, el gran Carver de Catedral, sigue ahí, en cabeza, demostrando su impecable musculatura. De algún modo, esta encuesta pretendía, únicamente, establecer las pasiones literarias de quienes han leído libros de relatos durante estos años, y Carver finalmente, como parecía lógico al comenzar la encuesta, ha encabezado la misma. Lo ha pasado mal, primero superado por su amigo Richard Ford -finalmente estancado conforme la encuesta avanzaba- e incluso superado en algún momento por Velocidad de los jardines, pero en el último momento ha metido la cabeza por delante, y poco más. Estoy seguro de que conforme pasen los años Carver lo irá pasando cada vez peor, y al cabo de pocos años desaparecerá de ese lugar mítico en el que ha estado durante tanto tiempo. Los Foster Wallace, Lorrie Moore, y otros, dibujan una nueva sensibilidad más acorde con los nuevos tiempos y a poco que atinen su puntería -en mi opinión, La chica del pelo raro, maravillosa a ratos, sólo es disfrutable de principio a fin con un cargamento de Lexatines al lado- y se alejen de dispersiones y exhibiciones, lograrán las obras maestras que esperamos de ellos. Pero, hoy por hoy, amigos, reconozcámoslo, Carver ha dibujado, moldeado nuestra sensibilidad como lectores de relatos. Aunque el relato es mucho más, y ahí están los títulos que lo acompañan. El caso de Bolaño, en tercer lugar, es paradigmático de otro autor que ha impactado con fuerza en estos años. El único que estaría sin dudarlo en una lista paralela de mejores novelas. Votar a Bolaño era votar una mirada sobre nuestra época, un atrevimiento, una estética, un modelo de la altura de Cortázar, y que como él, seguramente, acabará pagando la factura implacable del tiempo -¿hay algo que no la pague?-. Si los relatos de Cortázar han resistido mejor el tiempo que sus novelas, el caso de Bolaño será el contrario. Sus novelas pervivirán por encima de sus libros de relatos, porque al fin y al cabo sus mejores colecciones de relatos son sus novelas mismas. Bolaño patentó un método genial: la novela que no lo es, la novela-relato. En realidad, Bolaño no es un novelista sino un impecable escritor de relatos y por eso lo amamos tanto quienes amamos la novela, y quienes amamos los relatos.
Y escoltado por ellos dos, Velocidad de los jardines. Pienso que al votar a Carver o a Bolaño se votaba a dos autores, a dos símbolos de la literatura de este cuarto de siglo. Había que elegir uno de cada uno de ellos. Inevitable. La encuesta pedía libros de relatos, no autores, y por ello creo que el caso de Velocidad de los jardines es el que mejor se adapta a ese presupuesto. Más allá de la admiración evidente que despierta la obra de Eloy Tizón, al votar a Velocidad de los jardines se ha votado a un libro que lleva camino de convertirse en mítico, y no de culto como a veces se dice por ahí -¿por qué si una novela está muy considerada por la crítica se le considera obra maestra y si es un libro de relatos, como éste, se habla de libro de culto?-. Un libro portentoso, vivo, un libro que despierta cariño, cercanía, amor, además de admiración. Es como si sus lectores hubiesen quedado marcados, tras leerlo, por su palpitación interior, como si esos relatos fuesen un breviario que acompaña, a quien ha tenido la fortuna de cruzarse en su camino, con gestos amistosos e inolvidables. Porque ese libro contiene relatos que nos conciernen, que hablan de nosotros y cuando se logra eso es difícil olvidar un libro, no quererlo. Junto a él, otros libros de relatos que adquirirán poco a poco la vitola de inolvidables, como el de Tizón, si no la tienen ya. Autores básicos como Monzó o el Lester de Hipólito Navarro, otro libro escrito en estado de gracia, y un bellísimo libro como Frío de vivir, de Carlos Castán (al que echamos de menos), que a pesar de aparecer en una editorial desconocida como Zócalo, aunque luego reeditado en Salamandra, consiguió salir de un círculo minoritario y convertirse en otro título fundamental de este tiempo.
La lista está ahí, para disfrutarla, para seguirla, para criticarla, para completar lecturas o sugerir compras. El orden es aparente y en realidad su orden verdadero es aquel que cada uno quiera darle. Que de sus trece libros más votados, ocho estén escritos en español dice mucho de las preferencias de los lectores de relatos, pero más aún que de esos trece, siete estén publicados en una misma editorial, Anagrama, a la que pertenecen los tres más votados. Anagrama, sin duda, es la editorial fundamental de este cuarto de siglo en lo que respecta al relato. Logró reunir un corpus inolvidable de libros y, sobre todo, autores (aunque también ha tenido deslices: nunca podré perdonarle que no amarrara y difundiera y defendiera a Ethan Canin después de El ladrón de palacio). ¿Cuál será la editorial de referencia de los próximos quince, veinticinco años, en lo que respecta al relato? Nuestras lecturas irán respondiendo a esa pregunta.
Si por arriba la lista tiene valor por explicitar una tendencia "real" en cuanto a los libros fundamentales de este tiempo, entre los libros que han quedado más abajo, los votos tienen una importancia nula. Hay mucho de caprichoso, contingente e inesperado en ella, pero tiene un valor incalculable, al menos para mí, por reunir decenas de libros de relatos que están ahí, sugeridos para posibles lectores. Más allá de que tengan un voto, dos o tres. Es absurdo pensar en qué autor ha quedado por encima de otro, o escandalizarse porque autores como Allende hayan entrado en la lista (un pequeño pescozón cariñoso: no me ha parecido bien el ensañarse con algunas votaciones de los demás; tampoco en el terreno militante del relato existe la posesión de la verdad, para muchos pueden ser discutibles las votaciones de muchos). No pretendía alentar la competitividad -el cuento tiene demasiados altares- sino más bien, visto el resultado, la humildad. Todos los libros de relatos que desconocemos en cierto modo son el estímulo necesario para seguir desgranando una pasión adictiva. Hay muchos autores que aún merecen un mayor reconocimiento -¿cómo Los aéreos, un libro fundamental, no ha llegado más arriba, o Lo que queda por vivir, de Updike, o el libro de Jane Disky, nada conocido, pero genial?-. Libros que necesitan sus defensores. Porque después de todo, lo que hemos hecho durante estas dos semanas, entre todos, es poner al servicio de los demás nuestras lecturas, nuestras pasiones, y de ellas quizás salga un nuevo camino que transitar, un autor al que desconocíamos y que, desde ahora, pueda llegar a ser uno de nuestros preferidos. Yo he aprendido mucho y prometo ir llenando las lagunas lectoras que tengo. Para empezar, Rock Springs. Un libro que, agotado tras las aventuras de Bascombe, todavía no había leído, y que leeré estos días, antes de que se publique en mayo la nueva entrega de la serie del periodista deportivo.
Y poco más. Lo importante es esa lista que entre todos habéis creado. Quiero agradeceros muy sinceramente a todos vuestra participación: escritores, amigos blogueros, lectores anónimos, todos los que se han atrevido a apostar por un medio nuevo como el blog para participar en un proyecto que se ha ido redefiniendo según pasaban los días. Vivo y libre, amigo de polémicas y pasiones.
Por último, aquí queda esta entrada, como reflejo de dos semanas que me han traído por la calle de la amargura, sumando, restando en algún caso, reinterpretando votaciones, no pudiendo contabilizar otras. Libros que no lo eran, relatos que no lo parecían, parecidos razonables, antologías con título de libro de cuentos, libros de cuentos con títulos de antologías. Vamos, una penitencia buscada.
En todo caso, animo para que los comentarios sigan creciendo con recomendaciones, opiniones o polémicas. Lo que queráis, amigos, aunque yo deje de sumar desde este momento. Ya.
Y escoltado por ellos dos, Velocidad de los jardines. Pienso que al votar a Carver o a Bolaño se votaba a dos autores, a dos símbolos de la literatura de este cuarto de siglo. Había que elegir uno de cada uno de ellos. Inevitable. La encuesta pedía libros de relatos, no autores, y por ello creo que el caso de Velocidad de los jardines es el que mejor se adapta a ese presupuesto. Más allá de la admiración evidente que despierta la obra de Eloy Tizón, al votar a Velocidad de los jardines se ha votado a un libro que lleva camino de convertirse en mítico, y no de culto como a veces se dice por ahí -¿por qué si una novela está muy considerada por la crítica se le considera obra maestra y si es un libro de relatos, como éste, se habla de libro de culto?-. Un libro portentoso, vivo, un libro que despierta cariño, cercanía, amor, además de admiración. Es como si sus lectores hubiesen quedado marcados, tras leerlo, por su palpitación interior, como si esos relatos fuesen un breviario que acompaña, a quien ha tenido la fortuna de cruzarse en su camino, con gestos amistosos e inolvidables. Porque ese libro contiene relatos que nos conciernen, que hablan de nosotros y cuando se logra eso es difícil olvidar un libro, no quererlo. Junto a él, otros libros de relatos que adquirirán poco a poco la vitola de inolvidables, como el de Tizón, si no la tienen ya. Autores básicos como Monzó o el Lester de Hipólito Navarro, otro libro escrito en estado de gracia, y un bellísimo libro como Frío de vivir, de Carlos Castán (al que echamos de menos), que a pesar de aparecer en una editorial desconocida como Zócalo, aunque luego reeditado en Salamandra, consiguió salir de un círculo minoritario y convertirse en otro título fundamental de este tiempo.
La lista está ahí, para disfrutarla, para seguirla, para criticarla, para completar lecturas o sugerir compras. El orden es aparente y en realidad su orden verdadero es aquel que cada uno quiera darle. Que de sus trece libros más votados, ocho estén escritos en español dice mucho de las preferencias de los lectores de relatos, pero más aún que de esos trece, siete estén publicados en una misma editorial, Anagrama, a la que pertenecen los tres más votados. Anagrama, sin duda, es la editorial fundamental de este cuarto de siglo en lo que respecta al relato. Logró reunir un corpus inolvidable de libros y, sobre todo, autores (aunque también ha tenido deslices: nunca podré perdonarle que no amarrara y difundiera y defendiera a Ethan Canin después de El ladrón de palacio). ¿Cuál será la editorial de referencia de los próximos quince, veinticinco años, en lo que respecta al relato? Nuestras lecturas irán respondiendo a esa pregunta.
Si por arriba la lista tiene valor por explicitar una tendencia "real" en cuanto a los libros fundamentales de este tiempo, entre los libros que han quedado más abajo, los votos tienen una importancia nula. Hay mucho de caprichoso, contingente e inesperado en ella, pero tiene un valor incalculable, al menos para mí, por reunir decenas de libros de relatos que están ahí, sugeridos para posibles lectores. Más allá de que tengan un voto, dos o tres. Es absurdo pensar en qué autor ha quedado por encima de otro, o escandalizarse porque autores como Allende hayan entrado en la lista (un pequeño pescozón cariñoso: no me ha parecido bien el ensañarse con algunas votaciones de los demás; tampoco en el terreno militante del relato existe la posesión de la verdad, para muchos pueden ser discutibles las votaciones de muchos). No pretendía alentar la competitividad -el cuento tiene demasiados altares- sino más bien, visto el resultado, la humildad. Todos los libros de relatos que desconocemos en cierto modo son el estímulo necesario para seguir desgranando una pasión adictiva. Hay muchos autores que aún merecen un mayor reconocimiento -¿cómo Los aéreos, un libro fundamental, no ha llegado más arriba, o Lo que queda por vivir, de Updike, o el libro de Jane Disky, nada conocido, pero genial?-. Libros que necesitan sus defensores. Porque después de todo, lo que hemos hecho durante estas dos semanas, entre todos, es poner al servicio de los demás nuestras lecturas, nuestras pasiones, y de ellas quizás salga un nuevo camino que transitar, un autor al que desconocíamos y que, desde ahora, pueda llegar a ser uno de nuestros preferidos. Yo he aprendido mucho y prometo ir llenando las lagunas lectoras que tengo. Para empezar, Rock Springs. Un libro que, agotado tras las aventuras de Bascombe, todavía no había leído, y que leeré estos días, antes de que se publique en mayo la nueva entrega de la serie del periodista deportivo.
Y poco más. Lo importante es esa lista que entre todos habéis creado. Quiero agradeceros muy sinceramente a todos vuestra participación: escritores, amigos blogueros, lectores anónimos, todos los que se han atrevido a apostar por un medio nuevo como el blog para participar en un proyecto que se ha ido redefiniendo según pasaban los días. Vivo y libre, amigo de polémicas y pasiones.
Por último, aquí queda esta entrada, como reflejo de dos semanas que me han traído por la calle de la amargura, sumando, restando en algún caso, reinterpretando votaciones, no pudiendo contabilizar otras. Libros que no lo eran, relatos que no lo parecían, parecidos razonables, antologías con título de libro de cuentos, libros de cuentos con títulos de antologías. Vamos, una penitencia buscada.
En todo caso, animo para que los comentarios sigan creciendo con recomendaciones, opiniones o polémicas. Lo que queráis, amigos, aunque yo deje de sumar desde este momento. Ya.
18 VOTOS
-Catedral - Raymond Carver - 1983.
14 VOTOS
-Velocidad de los jardines - Eloy Tizón - 1992.
9 VOTOS
-Llamadas telefónicas - Roberto Bolaño - 1997.
8 VOTOS
-Rock Springs - Richard Ford - 1987.
-El porqué de las cosas - Quim Monzó - 1994.
-El aburrimiento, Lester - Hipólito G. Navarro -1996.
-Frío de vivir - Carlos Castán - 1997.
5 VOTOS
-Pájaros de América - Lorrie Moore - 1998.
4 VOTOS
-Tres rosas amarillas - Raymond Carver - 1988.
-La chica del pelo raro - David Foster Wallace - 1989.
-La velocidad de las cosas - Rodrigo Fresán - 1998/2006.
-Los girasoles ciegos - Alberto Méndez - 2004.
-La vida ausente - Ángel Zapata - 2006.
3 VOTOS
-Crónicas de motel - Sam Shepard - 1982.
-Cazadores en la nieve - Tobías Wolff - 1982.
-La enciclopedia de los muertos - Danilo Kiš -1985.
-Obabakoak - Bernardo Atxaga - 1988.
-Las cosas que llevaban los hombres que lucharon - Tim O’Brien - 1990.
-El temor del cielo - Fleur Jaeggy - 1994.
-El fin de los buenos tiempos - Ignacio Martínez de Pisón - 1994.
-Esperando al enemigo - Gonzalo Calcedo - 1996.
-La literatura nazi en América - Roberto Bolaño - 1996.
-Contrasombras - Medardo Fraile - 1998.
-El malestar al alcance de todos - Mercedes Cebrián - 2004.
-El síndrome Chéjov - Miguel Ángel Muñoz - 2006.
-Ceremonias de interior - Ignacio Ferrando - 2006.
2 VOTOS
-Deshoras - Julio Cortázar - 1982.
-Cuentos y fábulas - Augusto Monterroso - 1986.
-El emperador del aire - Ethan Canin - 1988.
-Cuentos de Eva Luna - Isabel Allende - 1990.
-Historia argentina - Rodrigo Fresán - 1991.
-Doce cuentos peregrinos - Gabriel García Márquez - 1992.
-Los aéreos - Luis Magrinyá - 1993.
-Lo que queda por vivir - John Updike - 1994.
-Arkansas - David Leavitt - 1997.
-Agujeros negros - Lázaro Covadlo - 1997.
-Ningún lugar sagrado - Rodrigo Rey Rosa - 1998.
-La cuestión de Bruno - Aleksandar Hemon -2000.
-Creía que mi padre era Dios - Varios autores, editado por Paul Auster - 2001.
-Si me necesitas, llámame - Raymond Carver - 2001.
-Las buenas intenciones y otros cuentos - Ángel Zapata - 2001.
-El gran sueño del paraíso - Sam Shepard - 2002.
-La sombra y la penumbra - Julián Rodríguez - 2002.
-La hora del loco - Federico Fuertes - 2003.
-El hombre que inventó Manhattan - Ray Loriga - 2004.
-La última noche - James Salter - 2005.
-Los observatorios - José Eduardo Tornay - 2006.
1 VOTO
-Música de cañerías - Charles Bukowsky - 1983.
-Sucesos - Andreu Martín - 1984.
-In the garden of North American Martyrs - Tobias Wolff - 1984.
-Pequeños equívocos sin importancia - Antonio Tabucchi - 1985.
-Viaje de invierno - Charles Baxter - 1985.
-Sirenas en un campo de golf - Patricia Highsmith - 1985.
-Quemando cromo - William Gibson - 1986.
-Los pájaros traen el sol - Alistair Macleod - 1986.
-Autoayuda - Lorrie Moore - 1986.
-40 historias - Donald Barthelme -1987.
-El bar del fondo del mar - Stefano Benni - 1987.
-Jungla - Juan Madrid - 1988.
-Historias mínimas - Javier Tomeo - 1988.
-La gran Eulalia - Paola Capriolo - 1988.
-Palabras ingratas - Paul Bowles - 1988.
-El cazador de jaguares - Julius Sheppard - 1988.
-Sangre y agua - Patrick Mcgrath - 1988.
-Una casa para siempre - Enrique Vila-Matas - 1988.
-Bajo el sol jaguar - Italo Calvino - 1988.
-Cuentos para lectores cómplices - Antonio Pereira - 1989.
-Los encuentros - José Ángel González Sáinz - 1989.
-Perros verdes - Agustín Cerezales - 1989.
-Los tranvías de Praga - Antonio J. Desmonts - 1990.
-El fragor del agua - José Giménez Corbatón - 1990.
-Los oscuros - Luisgé Martín - 1990.
-La vida difícil - Slawomir Mrozek - 1991.
-Suicidios ejemplares - Enrique Vila-Matas - 1991.
-Los grandes relatos - José Jiménez Lozano - 1991.
-Las maquinarias de la noche - Abelardo Castillo - 1992.
-Hijo de Jesús - Denis Johnson -1992.
-El púgil en reposo - Thom Jones - 1993.
-En resumidas cuentas - William Boyd - 1993.
-El ladrón de palacio - Ethan Canin - 1994.
-Sargori - Pello Lizarralde -1994.
-Cuentos del barrio del Refugio - José María Merino - 1994.
-Las ciudades de Poniente - Antonio Pereira - 1994.
-El que apaga la luz - Juan Bonilla - 1994.
-Laúd y cicatrices - Danilo Kis - 1994.
-Mi hermano Stanley - Jenny Disky - 1995.
-El domador - Rafael Pérez Estrada - 1995.
-El silencio del patinador - Juan Manuel de Prada - 1995.
-Delito por bailar el chachachá - Guillermo Cabrera Infante - 1995.
-Los boys - Junot Díaz - 1996.
-El arte de la fuga - Sergio Pitol - 1996
-El coro a voces - Fernando Quiñones - 1997.
-Cuentos a la intemperie - Juan José Millás - 1997.
-Amigos que no he vuelto a ver - Ignacio Vidal-Foch - 1997.
-Cuentos de X,Y y Z - F.M. - 1997.
-Frigoríficos en Alaska - Javier González - 1998.
-Gente que vino a mi boda - Soledad Puértolas - 1998.
-Eres una bestia, Viskovitz - Alessandro Boffa - 1998.
-Entrevistas breves con hombres repulsivos - David Foster Wallace - 1999.
-La historia de tu vida - Ted Chiang - 1999.
-La madurez de las nubes - Gonzalo Calcedo - 1999.
-Mamá Leone - Miljenko Jergovic - 1999.
-Un tipo de cuidado - Francisco Hinojosa - 2000.
-El estreno - Pablo D'Ors - 2000.
-Vecinos - Carlos Péramo - 2000.
-Los tigres albinos - Hipólito G. Navarro - 2000.
-Incendios - David Means - 2000.
-El último libro de Sergi Pámies - Sergi Pámies - 2000.
-Las mudanzas - Juan Luis Romero Peche - 1999-2000.
-Vida secreta de las sombras - Gonzalo de Lucas - 2001.
-El último minuto - Andrés Neuman - 2001.
-Secreciones, excreciones y desatinos - Rubem Fonseca - 2001.
-Historias de hombres casados - Marcelo Birmajer - 2001.
-Aquí no eres un extraño - Adam Haslett - 2002.
-Baina bihotzak dio - Xabier Montoia -2002.
-Las interioridades - Félix J. Palma - 2002.
-Cosas que deberías saber - A.M. Homes - 2002.
-Literatura de competición - José Villalva - 2002.
-Pecados sin cuento -Richard Ford - 2002.
-Coda - Esther García Llovet - 2003.
-Un milagro informal - Fernando Iwasaki - 2003.
-En jardines ajenos - Peter Stamm - 2003.
-Trabajo de campo - Rachel Seiffert - 2004.
-Itzalak - Iban Zaldua - 2004.
-Animales tristes - Jordí Puntí - 2004.
-Infidelities - Josip Novakovich - 2005.
-Amor del bueno - Víctor García Antón - 2005.
-La hembra de nuestra especie - Joyce Carol Oates - 2005.
-El peso en gramo de los colibríes - Gonzalo Calcedo - 2005.
-Fantasmas - Chuck Palahniuk - 2005.
-El hombre del saco - Alejandra Vanessa - 2006.
-Un elefante en Harrods - Francisco Rodríguez Criado - 2006.
-Dioramak - Patxi Iturregi - 2006.
-Perforaciones - Francisco Afilado - 2006.
-El ajuar de mamá - José Jiménez Lozano - 2006.
No hay comentarios:
Publicar un comentario